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Los últimos apicultores de San Antonio Tecómitl, México

Ser o no ser apicultor, esa es la cuestión



Más del 75% de los alimentos cultivados en el mundo dependen en cierta medida de la polinización. Aun así, la población mundial de abejas está amenazada por el cambio climático, la agricultura intensiva, cambios en el uso de la tierra, plaguicidas, enfermedades, plagas y especies exóticas invasoras


¿Qué tienen en común William Shakespeare y el apicultor mexicano Francisco Lenin Bartolo Reyes? Que ambos aprecian la importancia de la abeja melífera, un pequeño aliado, pero de valor incalculable de la raza humana.


Mientras que el dramaturgo inglés pensaba que las abejas podrían enseñarnos a vivir y esforzarnos de modo inteligente, Francisco Lenin tiene un mensaje menos sutil, pero más contundente. “Un mundo sin abejas limitará nuestras vidas como seres humanos de forma radical: la biodiversidad se reducirá, y todos nos enfrentaremos a un futuro incierto”. Siendo uno de los últimos apicultores de San Antonio Tecómitl, localidad a 40 km al sureste de Ciudad de México, este joven de 24 años sabe mucho sobre nuestra dependencia a la especie.


La apicultura es una tradición moribunda en esta población. Hace diez años, había cinco familias que se ganaban la vida con esta actividad, pero la urbanización, las enfermedades, el robo de colmenas y los problemas para encontrar formas de comercializar sus productos hicieron que esta actividad en San Antonio Tecómitl fuera cada vez menos rentable.


Fuente: FAO

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